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El lento caminar





Centro tu voz
en un secreto
que vela mi conciencia.

Extraño el oleaje del trigal,
el saz vencido hacia las aguas,
el río acontecido en el murmullo,
la canción agreste hacia mi oído.

Extraño la calle mojada,
la destreza del retraso,
el lento caminar
y la parada.

Laura Gómez Recas
De "Llámame azul"
Fotografía: Laura G. Recas

Hojas amarillas






Déjame pensarme dentro del baile
de las hojas amarillas.

No deseo templanza de razón,
ni extraviar la mirada
curvando el horizonte de las aguas.

Déjame balancearme en el gozo
que confiere el azar
al radiante descenso hacia la muerte.





Laura Gómez Recas
Fotografía: Laura G. Recas

Las hojas en septiembre






¡Suelen rendirse las hojas en septiembre!
Llanean sobre el viento y se desahacen
en el beso silencioso de la tierra.

El mar está lleno de claudicaciones,
y la geografía de mi mapa
y los arrecifes de luz de los veranos.

Vivir es remansarse
tras dejarse la sangre entre las piedras
que alfombran el lecho de los rápidos.








Laura Gómez Recas
de "Llámame azul" (2012)

Escribir







Escribir es acto que entrega y abandona la mente
al impecable mutismo del papel,
antes,
          madera,
                       antes,
                                  árbol,
                                             antes,
                                                        luz
                                                              sobre la hoja.





Laura Gómez Recas
(Llámame azul, 2012)
Fotografía: Laura G. Recas

Llámame azul, en Valencia


LLÁMAME AZUL

se presenta en Valencia
por
 Teresa Espasa

Miércoles, 15 de mayo de 2013
Sala de Ámbito Cultural de El Corte Inglés
C/ Colón, 27 (6ª planta)



Recogido en varios medios locales, como el Diario de Levante y Las Provincias y en agendas digitales como la de Francisco Ponce Carrasco



Reseña de "Llámame azul", por Manuel López Azorín


El 9 de febrero, se presentaron los libros de Ed. Quadrivium "Esa helada verdad de la belleza", de María Luisa Peña y "Llámame azul", de Laura Gómez Recas en el Centro Cultural Blas de Otero de San Sebastián de los Reyes, en Madrid. 
Dirigió la presentación Manuel López Azorín.

Ahora traigo aquí su reseña sobre mi poemario. 




Nueva presentación


En San Sebastián de los Reyes

CENTRO CULTURAL BLAS DE OTERO

el sábado 9 de febrero a las 12 de la mañana

LLÁMAME AZUL
ESA HELADA VERDAD DE LA BELLEZA

serán presentados por MANUEL LÓPEZ AZORÍN

presenta el acto Luis Pérez Lara


Presentación de "Llámame azul"


Crónica personal de José María Garrido, poeta

Presentación del libro LLÁMAME AZUL
LAURA GÓMEZ RECAS


Miércoles 16 de enero en la sala FNAC Callao
en Madrid. 
19.00 horas
EDITORIAL QUADRIVIUM


“No sé – dice --- si siento más las fauces del silencio que el pulso reiterado de la sangre entre mi carne, deshuesada por ser única morada de tus manos en un sueño, por incrédulo, indecente y reducido...” --- pero tú --- “…Llámame azul, si quieres entre amapolas, mientras olvido el mundo que estremece el alma… Laura sobrecogida por la emoción y la presencia de numerosos amigos y lectores, ávidos de sus letras, se deja caer en las palabras de Rafael Soler con la mirada perdida entre las butacas de la sala, repletas de público.

El presentador, elocuente y escueto, esboza, modela, la capacidad poética de la autora, y ella, modula con su voz seductora un sencillo rosario de poemas que acaba con una explosión de aplausos, roto por la brutal presencia del reloj que marca la hora e otro acontecimiento.. Tal vez la ausencia más notoria haya sido la de Mahler y sus acordes de la sinfonía Titán Nº 2, que hubiese puesto un color rojo como el que a la autora le gusta. Porque “…Puede que las sombras me hablen y yo no escuche, si la lentitud de la serpiente adora el recorrido de mi cuerpo y la fragancia vocal que alienta mi garganta cuando tu nombre hace de ella su guarida en lo oscuro….!”


José María Garrido
Gracias por estas palabras  y  por tu emoción, José María.
Laura

Presentación de "Llámame azul", por Rafael Soler

EL DESCAPOTABLE AZUL DE LAURA GÓMEZ RECAS
                                                            FNAC Callao, 16 enero 2.013



La primera vez que tuve ocasión de hablar con Laura Gómez Recas de poeta a poeta fue en una tarde con campanas, encaramados a una azotea en compañía de nuestra común y generosa amiga Paloma Corrales, con motivo de la grabación de su programa de entrevistas Conversando con, que entonces comenzaba su andadura y es hoy un espacio cultural asentado y de referencia en este mundo nuestro donde hay de casi todo: escritores recién llegados, escritores a punto de llegar, escritores que nunca llegan del todo, escritores que por marcharse permanecen y buenos amigos con talento, que además de un abrazo te regalan un poema memorable.
   Guardo muy buen recuerdo de aquel encuentro, y aunque grabaron primero mi entrevista y no pude quedarme a la suya, tuve ocasión de escucharla unos días más tarde, y me llamaron mucho la atención estas reflexiones, que como es habitual en ella, Laura escanció como al descuido, pero con intención:
  En la poesía he encontrado un camino que he estado buscando toda mi vida…el lenguaje poético pone una veladura a la cotidianeidad… los silencios y las pausas son importantes, como en la música, porque la poesía tiene mucho de música…la poesía es decantar un pensamiento…hay poemas que me duelen cuando los vuelvo a leer.  Y añade un corto y expresivo suspiro…ufff!!
  Reflexiones, sobra decirlo, de escritora que busca ante todo acertar en su trabajo, sin precipitaciones que a nada conducen, lejos siempre del mareo que producen los halagos fáciles.  Escribir poesía es, por encima de todo, una larga paciencia, una búsqueda llena de silencios, un permanente desafío para nombrar lo inefable. Escribir desde el filo, desconcertado y humilde; solo ahí, en soledad, nace algunas veces ese poema destinado a perdurar.
Periodista,  buena comunicadora con larga experiencia en la radio, exigente y siempre crítica con su obra, Laura es persona afable y cercana, dispuesta a compartir cuanto tiene con los colegas. Se la ve con cierta frecuencia por recitales y tertulias, pertenece por méritos propios al núcleo duro de esa tropa de honestos y entusiastas poetas amigos, en continuo crecimiento, que atiende por el nombre de Poesía en Sidecar como marca registrada, y nunca dice no ante cualquier propuesta que le permita avanzar con soltura por ese camino que buscó hasta hace poco, y que ya transitará de por vida. .
¿Por qué no tienes un libro?...pregunta Paloma en la entrevista que antes mencionaba. Pregunta por otra parte habitual en esos soliloquios de madrugada, tan frecuentes en el escritor inédito, con la carpeta ya bien terciada de poemas, y medio folio con tres títulos posibles y el teléfono del colega que conoce a ese editor que está deseando fichar a un talento nuevo. Vamos con la respuesta de Laura:. Le tengo mucho respeto a la publicación. yo quiero editar bien, con un texto que sepa que va a llegar al lector…tengo una idea muy romántica de la edición.
He vivido, desde una respetuosa pero activa distancia, los avatares que han conducido finalmente a la publicación de Llámame azul, con el número siete en esta colección de Con versos, a la que deseo una larga andadura. Una breve pero rotunda presentación del siempre cercano Ángel Guinda ( “Laura Gómez Recas escribe como vive, y vive como si nunca hubiese de morir”, nos dice, ”escribe y vive contra la muerte en la realidad y la palabra, que es una realidad otra”), un prólogo de Marisa de la Peña, con acertadas valoraciones que orientan la lectura del recién llegado, cuatro capítulos y cuarenta y nueve poemas si no he contado mal, conforman esta primera entrega, que  tiene para su autora una significación especial, pues irrumpe bajo el saludable amparo de un ISBN en el universo mágico de la palabra publicada, que es como decir al encuentro posible con ese lector que, sin saberlo, lleva mucho tiempo esperándola. Muy bien, Laura, por tu respeto a cuanto tiene de trascendente la publicación de un libro, cualquier libro. Todos merecen su tiempo de cochura, con frecuencia largo si de poesía se trata, y nadie más calificado que su autor para dar el banderazo de salida.
La nada a un lado, y tu todo al otro, resume Laura ya hacia el final de la entrevista, abriendo así una puerta a su poética, a su personal mirada creadora. La nada y sus límites, el poeta asido al madero salvador del verso, braceando en la intemperie con otros colegas a la vista, cada uno en el suyo y la costa siempre cerca y lejos. La palabra como redención. Preciosista, sensual muchas veces, de hondo aliento siempre, los poemas de Laura piden más de una lectura, para encontrar en todas un matiz nuevo..  Accesiblemente hermética y turbadora, como bien reflejan estos versos:
Soy estatua de sal,
carámbano de humanidad vestido
inquietud, por la quietud que albergo.

“Todo depende de la relación entre las palabras”, escribe John Berger, “Y  la suma total de todas esas relaciones posibles depende de la manera en la que el escritor se relaciona con el lenguaje, no como vocabulario, no como sintaxis,  ni siquiera como estructura, sino como un principio y una presencia”. La poesía de Laura transita ese territorio, que mucho tiene algunas veces de desierto de Gobi con un palmeral al fondo. Situar al poema fuera del alcance del tiempo, hacer del lenguaje un lugar de encuentro donde todo perdure, y el lector se reconozca.
  Algo ha pasado en el mundo mientras yo no estaba, afirma. Y desde esa certeza comienza su viaje interior en busca de un indicio imposible que desentrañe ese misterio que a veces, pocas, cuando algo nos sacude y nos hace reaccionar llamamos vida. Ahora caigo inmensamente limpia, nos dice en otro verso, y más adelante Vivir es remansarse. ¿Vivir, querida Laura, es remansarse? Larga singladura la que tienes por delante, con este anticipo que ahora nos brindas y que saca al lector de los equívocos remansos cotidianos e inanes, enfrentándole a su otra verdad, que es la suya y la de todos.
De un afán inútil se ocupa la voluntad
y se deshace el alma como si un hilo
recorriera la distancia hacia la nada

nos dice en el prefacio del segundo capítulo, titulado con acierto De un afán inútil, donde encontrará el lector los poemas que mejor cuentan su inquietud existencial, entre los que destacan Sobre el límite de la nada, Esta agua que me cerca,  y el poema dedicado a Miguel Ángel Yusta  Mineral de alma sin demérito del resto. Encontrará el lector tres capítulos más, el intenso y breve Desde la sangre, el que da título al libro Llámame azul, con apenas cuatro poemas que vienen a confirmar que el poeta escribe en un límite de niebla, y el que lo cierra, Arquivoltas, centrado con intensidad en el sentimiento amoroso y sus deslumbramientos, como bien reconoce y se reconoce la autora cuando afirma: prendida estoy. Y casi estoy vencida / a rama de tu amor, casi hoja muerta. Y siempre la amapola como símbolo de cuanto de pasión pueda tener la vida. Pido a Laura que tenga a bien explicarnos el por qué del título, y hasta dónde el significado de esa omnipresente amapola recortada sobre el cielo azul.

De preciosismo, surrealismo y modernismo habla con acierto Marisa de la Peña en su perspicaz prólogo, que titula Voluntad de audacia, y al que añado con osadía el subtítulo entre paréntesis de Versos cabales.

Termino. Citaba antes a Miguel Ángel Yusta. Muchos conoceréis su espléndido poema Mi descapotable de juguete, cuyo primer verso dice De niño quería un gran descapotable blanco, que el poeta solo pudo conducir en sueños durante su infancia, y a cuyo volante imposible vuelve a sentarse cumplida su vida, cuando por la noche, confiesa, llego tarde a mi casa / solo en mi habitación, en la suave penumbra, y es donde allí se recoge buscando cobijo en el limpio y hermoso sueño de su infancia.

El descapotable blanco soñado desde niña por Laura Gómez Recas, sale ahora de fábrica, rutilante, recién matriculado, sin airbags, sin faros antiniebla y sin GPS. Pero tiene el depósito lleno, y se llama Poesía.

Mucha suerte, querida amiga, y feliz viaje.
                                                                                                                  RAFAEL SOLER

Dispersa la apariencia


A mi padre,
porque se fue...

Presiento un destierro boca adentro,
como si una soledad
se hiciera fuerte en mis costillas
y el mundo entero disparara al corazón.

De una nube, dispersa la apariencia,
se despegan las cenizas de la urna
para lloverse en la garganta que me ahoga,
para no hacerse paz, sino batalla;
no dejar un resquicio a la alegría
y ser presencia de adiós, larga distancia
entre tus ojos y mis párpados dormidos.

Me ciegan porque quieren ser talento
que acobarde el color de aquellas flores,
con el ánimo dispuesto a hacer la búsqueda
de cada brizna de ti que hallen en mí.

De un torrente, sarcófago del alma,
la llamada es, en sangre, luz y fuerza
que huracana el recuerdo y me confunde.
¡Que en esta vida no hay vida, sino en ti!



Laura Gómez Recas
(Llámame azul)
Imagen: Atardecer, Llac de Pombie,
al pie del Midi d'Ossau.
Jaime G. Recas

De un óxido



He dejado casi todas las claves sobre tus ojos,
en el silencio espeso que acaricia la serpiente
cuando repta sobre la piel del pensamiento.
Desnuda, he optado por acercar los cactus a mi cara
en conato de mimo suicida y en desuso por mi edad.

¡Qué llanto más amarillo me desangró sin pausa,
sin tener en cuenta el vendaval de mis pestañas
sobre los territorios inexplorados de la entrega!

Y, sin embargo, ahora, insisto en languidecer de veneno
y dejar cada misil de largo alcance
entre las manos deslumbradas que me ofreces.

Sólo siento un óxido de manzana hiriente
cuando tu palabra es untura en mis costillas,
cuando la luna rueda sobre el suelo
y a mi desnudez se amaga
el vértigo de todos los planetas.


Laura Gómez Recas
Imagen: "Frosted leaf Orion", Masahiro Miyasak

Riesgo



Riesgo es cegar la fe de los pulmones,
sumergirse en el mar
y ser del agua.

Riesgo es sacar los ojos a la luna,
devorar las estrellas
y ser de luz.

Riesgo es lanzar la muerte a los leones
y morirse de vida
y no parar.



Laura Gómez Recas
Imagen: Anillos de Saturno, NASA

Demora




Demora de mis dedos en tu cuello,
en tu perfil clavado en mi mejilla,
demora de mi cuerpo entre tus brazos,
de mi piel elevada a tus pupilas.
Acércame a la altura que no encuentro;
prendida estoy. Y estoy casi vencida:
a rama de tu amor, casi hoja muerta,
en pleamar, adiós, casi ceniza.


Laura Gómez Recas
Imagen: "Moons and rings before Saturn",
NASA

Mujer de cántaro


No quisiera volver al suelo
a lamer la silueta de unos pasos...
Debiera erguirme mujer,
desde ahora hasta que nadie me recuerde.

Mujer de cántaro y de navaja,
mujer de semilla, de lumbre...
de pétalo
en el rojo asumido por los otros.

Ya va siendo tarde
y la navegación se hace lenta...

¡Que no siegan espigas mis ojos,
que tan sólo quieren ser del sol
el nido amante que le dé forma!


Laura Gómez Recas
Fotografía: Jaime G. Recas

Como gota de ámbar



He perdido una cuenta de collar entre los senos.
Resbaló, traidora,
como gota de ámbar,
imparable su descenso hasta mi alcoba.
Creo que el calor la derritió
porque hay un sabor a miel
sobre tus labios.


Laura Gómez Recas
Fotografía: "Ámbar", de Brandan

De golpe



Contaba los pasos del silencio,
con la punta de los dedos desdecía,
lloraba sequedades en clausura,
aspiraba la bruma por los ojos.

Se esculpieron tus besos en mortaja
y la tumba se cerró sin avisarme.


Laura Gómez Recas
Fotografía: "Sun halo", de Nagy Attila
(NASA)

La gota



Como llama sobre la sal del mar,
se origina la gota entre mis pechos.

Resbala sobre el poro,
arrastra, se hace néctar,
jugo en densidad...
Instala la humedad
como un verso cuesta abajo

y gira sobre el cráter del ombligo
bajo el naufragio hambriento de tu sed.


Laura Gómez Recas
Fotografía: "Flor", de Brandan

Desde el lado oeste



Desde el lado oeste de la soledad,
como veta en la línea que pierde lo visible
y delimita la memoria del que mira,
elevo la pértiga al azul,
apoyo en la raíz lo grave que me pesa
y vuelo en recorrido clausurado
por el aire que excede en capacidad al pulmón.

Desciendo y sé del otro lado,
del punto en donde el este
comienza a acontecer.

Laura Gómez Recas
Fotografía: "Sol poniente"
(Estación Espacial Internacional)

Escarlata y singular



Sin la duda suicida en la baranda
que ribetea el escalón que me suma,
giro la cabeza y veo el camino
de pegajoso sustrato
que van hilando mis pies.

Volteo el horizonte.

Hoy no quiero ser lluvia de ultramar
ni lagrimal de amapola.
Solo pétalo translúcido
de un color que languidece
bajo el entumecimiento de la ira.
Quiero conjugar el rojo en futuro perfecto,
en primera persona escarlata y singular.
Quiero rojear sobre el talud de la palabra.

Asumida la siniestralidad del camino,
seré hermana de la tierra que explora la raíz
pues no habrá más autopsia
que la prensa expandiendo
la negrura de mi centro
en el papel secante de mi existencia.


Laura Gómez Recas
Fotografía: Brandan

Sobre el límite de la nada



No buscaré la altura en las fachadas de París,
no tentaré con hidras el estuco de los musgos,
no sobornaré más el secreto de la espiga
que pretende despuntar en el dorado...

Seguirá la combustión impoluta
en la bajura mediocre de la ausencia...

mi nombre,
sobre el límite de la nada.

Laura Gómez Recas
Fotografía: Laura G. Recas